La frase “El amor está en el aire”, será una realidad en 2019, justo cuando un grupo de innovadores nipones pondrán a prueba el servicio de mensajes de amor al espacio exterior. Se trata de la iniciativa puesta en marcha por una startup relacionada con la Universidad de Tsukuba.
Lo que inicialmente comenzó como un deseo de una pareja a punto de casarse, se convirtió en una excentricidad que capta la atención de muchos.
De modo que representantes de la startup debieron abrir nuevas posibilidades durante este mes para que personas puedan registrarse y disfrutar de este servicio a finales del año 2019.
A un costo aproximado a los 240 euros, este servicio promete tener gran demanda, Hasta la fecha ya se conocen contrataciones desde Taiwán, Estados Unidos y Japón, todo con tal de mandar mensajes de amor al infinito.
Este proyecto será posible al colocar minisatélites con una serie de placas que transportarán estas cartas de amor, que luego de moverse por el espacio exterior, orbitando por un plazo de dos años, se quemarán vorazmente al entrar en contacto con la atmósfera.
El recurso para hacer posible este proyecto romántico pero muy tecnificado, dispondrá de una serie de placas conmemorativas de titanio en las que irán grabadas las declaraciones de amor.
De modo que quienes deseen poner a volar su amor, podrán grabar sus frases en las placas de 1,8 centímetros de largo por 0,8 centímetros de ancho.
El viaje tan alejado del ojo humano tendrá una duración de dos años para luego quemarse, estos satélites «CubeSat», de unos 10 centímetros de tamaño, podrán albergar un total de 600 placas de titanio puro que serán trasladados a la estación Espacial Internacional por un cohete de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón.
Tras el lanzamiento, los astronautas serán los encargados de tomar las respectivas fotografías que serán la romántica prueba de que el mensaje fue enviado al espacio exterior. Una forma ingeniosa de enlazar el simbolismo del amor infinito con este proyecto tan llamativo en el que se rescatan los sentimientos y son echados a volar por el espacio.