El caso de Genaro Fortunato, el joven que fue atropellado por su propia novia a las afueras de un boliche en San Rafael todavia sigue generando dudas.
No ha pasado ni un mes desde la muerte de el rugbier mendocino y ya han sido un montón de hipótesis las que se han manejado. Recordemos que el chico de 25 años de edad, fue atropellado por su pareja, Julieta Silva, luego de tener una fuerte discusión en un local nocturno, lo que hasta ahora no se sabe es sí la mujer realizó la acción con toda la intención o simplemente se trata de un accidente.
Sin embargo, una nueva prueba que se suma al expediente vuelve a poner sobre la mesa la hipótesis de que se trató de un accidente, no de una muerte intencional: la chica padece un grave trastorno visual que le habría impedido ver el cuerpo tendido en la calle.
En las últimas horas, según dio a conocer el Diario de San Rafael, se incorporó a la causa un certificado médico del oftalmólogo Martín Oliva donde se determina que Silva padece un alto grado de astigmatismo, superior a tres diatropías, lo que dificulta ocularmente enfocar objetos a media y larga distancia. El documento responde al momento en que la imputada renovó su licencia de conducir en enero pasado, con la indicación del uso excluyente de lentes. De todas maneras, resta esperar el resultado de la pericia oftalmológica que ordenó al Cuerpo Médico Forense.
Según lo que contó Julieta, la hasta ahora culpable de acabar con la vida de Genaro, afirmó que después de comenzar la marcha con su vehículo, realizó la U y retornó a entregarle un telefóno a Fortunato, pero que no vio su cuerpo tirado en la calle, ya que no traía puesto los lentes por lo que pensó que «había pisado un pozo», en medio de una noche con algo de lluvia y poco iluminada. El chico fue arrollado y murió por aplastamiento de cráneo.