El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, convocó a los gremios docentes nacionales a una nueva reunión con el propósito de evitar las medidas de fuerza previstas para la semana que viene, cuando deberían iniciar las clases.
Asimismo, a principio de la semana, la Unión de Docentes Argentinos (UDA) declaró el estado de alerta, movilización y sesión permanente después de analizar la situación actual de los docentes. También, no descartó la convocatoria a un paro nacional de ser necesario.
En ese sentido, dentro de los principales puntos de reclamo, el secretario general de la UDA, Sergio Romero, enfatizó que los salarios docentes se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Por lo tanto, el Estado nacional debería “aumentar las sumas que son abonadas en concepto de fondo de incentivo docente y material didáctico”.
A su vez, estableció que “existe una crisis de infraestructura global que impide desarrollar las tareas en las mínimas condiciones requeridas, poniendo en riesgo la salubridad de docentes y alumnos en muchos establecimientos educativos del país”.
En ese orden, ejemplificó el estado de muchas instituciones, señalando que diversas escuelas carecen de techos, sufren peligro de derrumbe, cuentan con letrinas en lugar de baños o no tienen agua potable.
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Gremios docentes nacionales rechazaron el incremento del 23%
Representantes gremiales refirieron con respecto a las negociaciones con el Gobierno, que rechazarán el techo del 23% que pretenden imponer el gobierno nacional y el provincial y solicitarán que se adelante la cuota correspondiente al mes de Junio que llevará el salario mínimo inicial docente a $15.000.
Para finalizar, denunció que “el presupuesto educativo ha sufrido un severo ajuste” y, ante esta realidad, el Consejo Directivo Nacional de la Unión de Docentes Argentinos resolvió declarar el estado de alerta permanente y solicitar la inclusión de la clausulo de gatillo en las negociaciones paritarias.