La pieza teatral “La joya más preciada” de Sandra Franzen, dirigida por la asombrosa Graciela Pereyra, continúa en la cartelera del Teatro de la Comedia con funciones abiertas los días sábados desde las 22 horas, para quienes quieran pasar setenta minutos de exquisita diversión clásica, que los dejará pidiendo más.
Esta obra en particular aborda como temas centrales el amor, la libertad, la presión social y la hipocresía que se percibía dentro de la aristocracia del siglo XX. En la pieza nos muestran a un joven príncipe de nombre George Kent, quien se ve fuertemente presionado por su madre, la Reina de Inglaterra, para dejar a un lado su estilo de vida “libertino”, que ha generado ciertas habladurías dentro de la sociedad de la época.
A Kent también le obligan a dejar ir a su único y gran amor, para poder casarse con una extraña, a fin de crear una fuerte alianza entre Inglaterra y Grecia, que busca consolidar el poderío entre ambas naciones. De esa forma, la princesa Marina hace su aparición en escena, quien pese a no demostrar alguna falta grave de belleza, es rechazada con anterioridad por Kent debido a que no se siente naturalmente atraído por lo femenino.
En el papel del príncipe, vimos a Ulises Puiggrós quien trata desesperadamente de sobrevivir a los requerimientos de su madre, la Reina. Consideramos que este papel le quedó perfecto, pues logró una química insuperable con todos los personajes de la obra, especialmente con Darío Cortés, quien hace el rol de su gran amor y amante, Noel Coward.
También aplaudimos el trabajo de Débora Longobardi como la Princesa de Grecia y Dinamarca, ya que aportó al escrito bastante frescura y una inesperada fuerza. Resultó interesante saber que aunque esta Princesa sabía del “oscuro pasado” de su futuro prometido, no vio ningún problema en continuar los planes de boda, pues su ambición superaba cualquier otra cosa en el mundo.
Otro de los personajes que nos cautivó fue La Reina, en la piel de Alicia Muxo, que sí brindó mucho humor y carisma a lo que uno supone se vive a diario dentro de la complicada y rigurosa monarquía. Debemos hacer un alto y comentar sobre un personaje tácito, que sería José Evaristo Uriburu Roca, hijo del embajador argentino en Gran Bretaña, sólo que para que sepan más sobre él, deberán ver la obra. Les prometemos que no se arrepentirán.