A poco de que se anuncie la séptima extensión del aislamiento, las repercusiones continúan. En ese contexto, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, manifestó que la cuarentena debe seguir estricta en el Conurbano bonaerense.
Al respecto, ofreció una entrevista con CNN Radio y opinó en ese sentido. Asimismo, se expresó en torno del accionar que se implementó en Villa Azul de la ciudad de Quilmes.
En ese orden de ideas, el funcionario provincial destacó que de no tomarse las medidas como lo hicieron probablemente se tendría un desastreen el asentamiento vecino.
Acerca de una hipotética flexibilización, dijo que si generamos muchas actividades, el problema es que si mucha gente circula, no se podrían controlar los contagios. De allí lo peligroso de la situación. Por ello se debe seguir siendo muy duros en el Conurbano en no cambiar de fase de mayor flexibilización.
Al mismo tiempo, añadió que por ahí se puede hacer sintonía finita de alguna actividad, pero no mucho más. Además, comentó que en el interior van a abrir más las actividades. Las mismas, se van a poder hacer, siempre con controles, alcohol en gel, tapabocas.
“Si se habilitaran actividades gastronómicas tiene que tener el distanciamiento entre mesa y mesa. Aún en esos lugares tiene que ser muy cuidadoso”.
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Daniel Gollánadvirtió que habrá una nueva normalidad diferente a la anterior
Daniel Gollán comentó que los matemáticos decían que ojalá se acercara el pico de la pandemia. Luego,aclaró que si ya se estuviera en ese pico eso implicaría que esta sería la cantidad máxima de casos.
“Lamentablemente tenemos que lograr que todos los días el famoso R0 este descendiendo. Cuando el R0 esté descendiendo podemos empezar a pensar en flexibilizar más las medidas para volver a la nueva normalidad”.
Del mismo modo, advirtió que esa nueva normalidad será diferente a la anterior. Refirió que no imagina a una persona que en dos meses esté de viaje en un crucero. Tampoco ir a la cancha sin barbijo.
Sobre la situación que atraviesa el Conurbano, dijo que es una masa enorme entre la ciudad de Buenos Aires y el AMBA de 15 millones de personas, muy porosa. Por lo que advirtió que es imposible generar controles estrictos en los ingresos.
“No es lo mismo que una ciudad que tiene dos accesos. Sería imprudente aumentar la circulación de la que no se puede controlar. Y en eso quiero ser preciso: cuando a una empresa se la habilita debe poner el transporte. No va el personal en transporte”.