La sociedad médica, pacientes y familiares se han conmocionado ante un caso que causó revuelo, resulta que una mujer donó sus órganos y cuatro de sus cuatro receptores fallecieron
Desde la difusión de esta información, los pacientes exigen a los especialistas la realización de pruebas más exhaustivas para conocer el estado de los órganos que reciben.
Esto en función de proteger su salud que de por si, se encuentra mermada ante algún tipo de patología que les deprime el sistema inmune y los hace vulnerables a las enfermedades.
Por tanto y aunque se realizan pruebas de compatibilidad para evitar el rechazo, en este caso, los pacientes recibieron órganos que se encontraban contaminados.
Tras fallecer en el año 2007, una mujer de 53 años de edad donó sus órganos a cuatro personas, tras ser intervenidos quirúrgicamente, comenzaron a desarrollar cáncer y luego fallecieron.
Esta historia trascendió a través de las redes sociales, tras la publicación realizada por especialistas de la American Journal of Transplantation (AJT), quienes indicaron que los riñones, corazón, hígado y pulmones de la mujer fueron trasplantados a cinco receptores, luego de seis años de dicha intervención, enfermaron y fallecieron.
Especialistas detallaron que en dicha intervención jamás tomaron las células cancerosas en dichos órganos y por ello los pacientes desarrollaron la enfermedad.
Tras recibir los órganos contaminados, sólo logró salir con vida un paciente que recibió el riñón derecho, mientras que una mujer de la tercera edad que recibió el izquierdo, desarrolló cáncer de hígado y falleció.
La primera paciente que comenzó a enfermar, fue quien recibió el par de pulmones, la mujer de 42 años de edad desarrollo cáncer que se extendió hacia el hígado y los huesos.
Es importante señalar que los pacientes fueron intervenidos en operaciones que fueron catalogadas como exitosas, seis años después comenzaron a sucumbir frente al cáncer, lo que motivo una investigación por parte de los especialistas.
De modo que tras conocerse este caso, los anhelos de aquellas personas que requieren un páncreas, un hígado, un corazón, pulmones, riñones y hasta corneas, se ven ensombrecidos ante el temor de recibir un órgano contaminado que pueda acabar con sus vidas.
