Con sólo ver el rostro de un paciente, el especialista puede determinar si este posee riesgo de desarrollar alguna afección cardiaca. Los especialistas sostienen que es la forma más sencilla de detección de ateroesclerosis y que servirá para ofrecer recomendaciones precisas a los pacientes.
A estas conclusiones llegó una especialista del Centro Hospitalario Universitario de Toulouse en Francia Yolande Esquirol, quien detalló que este es un diagnóstico para nada invasivo y que aunque no lo parezca, es bastante preciso para determinar los riesgos, sin necesidad de efectuar pruebas de presión arterial y colesterol.
Esquiirol indicó que estas arrugas se han convertido en la prueba intachable del riesgo de mortalidad por afecciones al corazón, según relató durante su exposición en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, efectuado en días pasados en Alemania.
Cambio de estilo de vida es fundamental
Sostiene que las arrugas en la frente, cantidad y profundidad de las mismas, son tomados como un signo de riesgo de ateroesclerosis, afección que puede desencadenar daños en el corazón. La especialista sostiene que hay personas que son muy jóvenes para poseer estas líneas en la frente y esto enciende las alarmas a nivel de salud.
Vale destacar que las arrugas en la frente, los pliegues en las orejas y las bolsas bajo los ojos también se relacionan a dicha afección, mientras que las patas de gallo no representan riesgo alguno.
En tal sentido, Esquirol manifiesta la importancia de desarrollar la medicina preventiva sólo al observar esta afección en los pacientes, a quienes de manera inmediata se les debe recomendar un cambio de estilo de vida si desean minimizar los riesgos.
Entre los principales cambios que deben iniciar resalta, dormir 8 horas continuas, evitar la ingesta de bebidas alcohólicas o minimizar su consumo, practicar alguna actividad física y consumir alimentos balanceados con pocas grasas, tratando de incluir en la dieta.
Detalló que todo riesgo de salud puede minimizarse si las personas cambian conductas que puedan resultar nocivas, por tanto, enfatiza la importancia de la prevención como medida primaria de salud y como garantía de un corazón sano y fuerte.