Ocurrió en Tucumán. El hombre apareció muerto a puñaladas en su vivienda. La mujer no era familiar directo, pero lo conocía hace muchos años
Vivía con él junto a sus tres hijos. “No busquen más, yo lo maté”, así confesó Yohana Miranda, de 26 años, en la comisaría.
La mujer quedó detenida y también aprehendieron a su pareja, Manuel Jorge Díaz, un mecánico de 48 años. Miranda vivía en la casa de Abel Benito Medrano, un abuelo de 80 años, junto a sus tres hijos.
No tenían una relación de sangre directa pero como ella lo conocía desde que era muy chiquita lo llamaba abuelo.
Según contó, fue ella quien lo mató de 30 puñaladas, y lo hizo porque estaba molesta con Medrano ya que todo el vecindario decía que tenían una relación y que por eso se habían peleado el sábado.
Ella vivía con él desde hacía 10 años. Si bien las puñaladas no dañaron órganos vitales, dos cortaron una arteria en el cuello lo que provocó que el hombre muriera desangrado.
Un llamado telefónico advirtió a la Policía sobre quienes fueron los responsables del ataque y por ese motivo se dirigieron hasta la casa de la nieta de la víctima, donde encontraron un cuchillo con sangre, que sería el arma homicidia.
En el lugar, además del cuchillo, los policías secuestraron prendas de vestir para ser analizadas por los peritos.
Un hombre servicial
Los familiares de la víctima contaron que el hombre percibía una jubilación mínima y que hace dos semanas había tomado un préstamo bancario de $ 30.000 para saldar deudas con negocios pequeños. Además, pensaba construir una pieza más en el terreno. Este año compró calzados y ropa para los tres hijos de la mujer imputada, de cinco, siete y 10 años, para que pudieran ir a la escuela. A su vez, adquirió una TV y una cama cucheta para los menores.
“Criaba a esta mujer y a los hijos. Le decía nieta porque era hija de un muchacho que también había cuidado. Vivía para los chicos. Siempre cuidó y crió a muchos chicos”, remarcó Norma Serrano, otra vecina.
Medrano realizaba trabajos de albañilería antes de jubilarse y era reconocido por participar en conmemoraciones religiosas con un grupo de bombistos.
De acuerdo con fuentes policiales, la joven habría admitido en la comisaría de Aguilares ser autora del crimen del jubilado, ocurrido el sábado, poco después de las 20. Además, la imputada le habría dicho a los policías dónde arrojó el cuchillo que habría utilizado para atacar a la víctima, como también el calzado y la ropa que llevaba puesta cuando cometió el crimen. La joven había participado en el procedimiento como testigo.