En Buenos Aires se aprobó el negocio de las apuestas deportivas online. Este es un negocio que mueve montos anuales superiores a, por ejemplo, el Producto Bruto Interno (PBI) de Bolivia o El Salvador. Por ello, el país se encuentra ante un escenario donde el mercado se rige por sus propios códigos.
Asimismo, con una gama de productos que va desde partidas de póquer hasta casinos virtuales o carreras de caballos en línea, el sector se está expandiendo en los últimos tiempos, ajeno a las turbulencias de la economía mundial.
Pese al futuro promisorio y de la apertura que vive en varios países, el sector mantiene un aspecto negativo: un buen número de apuestas se realizan «en negro» y grandes empresas están basadas en «paraísos fiscales».
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Mercado de apuestas online crece y son ambiguas las regulaciones
Los juegos de azar en línea suponen aproximadamente 8,5% del mercado mundial de apuestas, que incluye desde las clásicas loterías hasta los viejos casinos de alfombras y neón, según los cálculos de H2.
Sin embargo, la secretaria general de la Asociación Europea de Juegos y Apuestas, Sigrid Ligné, negó que Internet en general suponga una amenaza para el mercado tradicional de los juegos de azar.
«El éxito de las apuestas en línea en Europa no va en detrimento de las ganancias generadas por el mercado offline (tradicional), que continúa creciendo», expresó Ligné a BBC Mundo.
Las apuestas en Internet aún tienen por delante el gran desafío de las regulaciones que ensayan los gobiernos ante el creciente fenómeno. Ligné especificó que esas normas pueden ser positivas si proveen seguridad a los apostadores, evitan la participación de menores de edad y las apuestas problemáticas, o combaten el fraude.
De igual forma, sostuvo que las reglas y las licencias deben «adaptarse a la realidad del mercado» para incluir productos como los casinos en línea o las apuestas deportivas, que en su mayoría funcionan en el mercado informal.
«A la gente le gusta el póquer, las apuestas deportivas, los casinos en línea o el bingo», señaló. «Si la legislación no cubre esos productos, los jugadores van al mercado negro».